Manifiesto

El bajo nivel socioeconómico nos acorta la vida más que la obesidad, el consumo perjudicial de alcohol y la hipertensión.

En Madrid, la esperanza de vida en los barrios más pobres es hasta 2 años menor que en los barrios más ricos.

Desempleo, trabajo precario, falta de apoyo social, dificultades para hacer frente a gastos imprescindibles (vivienda, luz, comida) y transporte público inadecuado nos aumentan el riesgo de padecer hipertensión, diabetes, infartos cardiacos y cerebrales, depresión…

El sistema hace que nos podamos sentir culpables de nuestra situación y al no tener redes de apoyo en la comunidad nuestra salud mental se deteriora, con lo que está aumentando la toma de medicamentos para la ansiedad y la depresión.

Además, las mujeres somos las más golpeadas por la crisis, en nuestra vida privada y en la pública, ya que tenemos el trabajo asalariado más precario de la sociedad y no se reconoce  el trabajo de cuidados a la familia que realizamos a diario.

En nuestro país el 35% de los niños y niñas viven bajo el umbral de la pobreza. Su salud es peor a corto y medio plazo, aquejando más frecuentemente dolor de cabeza, dolor de abdomen, nerviosismo, cansancio… Pero también podrán tener peor salud en su vida adulta.

 El gobierno de Rajoy en 2012 quitó la tarjeta sanitaria a miles de vecinas migrantes y entre 2012 y 2015 la mortalidad de éstas aumentó un 15%.

El capitalismo es un sistema que roba nuestros derechos humanos,  también nuestro derecho a la salud. 

Más de 400.000 personas sin ingresos tienen que pagar por sus medicamentos en Madrid. Además con el copago de medicamentos a los pensionistas el estado ahorra 700 Millones€ al año. Una sociedad que penaliza a los enfermos en vez de cuidarlos, es una sociedad enferma.

El presupuesto de la Comunidad de Madrid disminuye cada año el dinero dedicado a la sanidad pública mientras que aumenta el destinado a los conciertos con hospitales privados o semiprivados. Después de abrir 10 nuevos hospitales de gestión privada, Madrid cuenta con menos camas hospitalarias por habitante que antes de abrirlos. Sin embargo, nos ha costado 7 u 8 veces más que construyéndolos en  el sistema público.

El PP ha convertido la sanidad en un negocio para sus amistades.

Hemos descrito una realidad muy dura e injusta,  ¿pero qué podemos hacer por nuestra salud? No resignarnos, ¡porque puede cambiar! No podemos conformarnos solo con medicamentos para calmar nuestro sufrimiento.

Rompamos el silencio

– Digamos bien alto que estamos sufriendo y que no es nuestra culpa

-Ayudemos a las personas que viven en soledad sus dificultades

Unámonos

-Organicémonos con las vecinas, amistades, compañeras, familiares… Apoyémonos y acabemos con la tristeza de vivir en silencio

-Acudamos a participar a las asociaciones de vecinas, las plataformas de afectadas por la vivienda, las asociaciones de defensa de la sanidad, educación, servicios sociales, las organizaciones feministas o cualquier asociación que luche por mejorar nuestra vida

-Manifestémonos cada vez que se vulneran nuestros derechos

Luchemos

-Por nuestro derecho a una vida digna

-Por una sanidad pública y universal que no excluya a ninguna persona

-Por una sociedad justa que no nos enferme

Consulta más información en nuestro argumentario