Mientras la sanidad pública se deteriora, la sanidad privada en España crece y crece. El negocio sigue sumando clientes y acumulando ingresos. Tanto las empresas sanitarias como las aseguradoras de salud disfrutan de viento de cola y han ingresado un 16% más en los últimos cinco años. Mientras, una UCI pediátrica quedó inutilizada por una catarata de agua en Madrid hace unas semanas o los jefes de urgencias en Galicia acaban de pedir medidas a la Xunta para frenar los colapsos.